¿Se encamina América Latina hacia una gestión del agua posneoliberal?
La pregunta planteada como tema central de la Quinta Reunión de la Red WATERLAT se proponía provocar un debate focalizado en las continuidades y rupturas que experimenta la región Latinoamericana con respecto al período generalmente denominado “neoliberal”, particularmente la década de 1990. En términos genéricos, entendemos “neoliberalismo” como la re-implantación por diversos medios (democráticos, autoritarios, dictatoriales, etc.) de los principios del libre mercado como mecanismo privilegiado del re-ordenamiento social.
En particular nos referimos al proceso de cambio radical en el rol del Estado, mediante las políticas de des- y re-regulación, mercantilización y privatización de bienes y servicios, desmantelamiento de los sistemas de seguridad social y protección estatal, y limitación e incluso cancelación de derechos ciudadanos.
En el caso del agua, estas políticas se reflejaron particularmente en un abandono de los roles y responsabilidades históricas del Estado mediante la privatización de empresas públicas de agua y saneamiento, la transferencia de la responsabilidad por la gestión de servicios básicos (y a veces por la propia inversión) a los usuarios, especialmente los más pobres y excluidos de las redes de servicio convencionales, el intento de convertir a las fuentes de agua (ríos, lagos, acuíferos, etc.) en propiedad privada y crear pseudo-mercados de agua, y en general reducir los derechos de las ciudadanas y los ciudadanos a los de meros consumidores de mercancías. En otras palabras, la política del agua neoliberal reinante desde la década de 1990 se centraba en promover la despolitización del gobierno y la gestión del agua y sus servicios esenciales, reduciendo la participación ciudadana exclusivamente a la dimensión del intercambio mercantil y excluyendo la posibilidad del debate político sobre el gobierno y la gestión del agua y sus servicios esenciales.